Ultimate freedom. An extremist.

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lunes, 3 de enero de 2011

Algo me aleja de tí,


mientras creo que volamos alto, con papeles secos.

Cristales empañados, y tu respiración entrecortada bajo las sábanas. Suave, suave, suave, donde flotamos dulcemente en la luz del atardecer.

Y me quedo, y respiras. Y disfruto. ¿Qué se supone que somos? Estamos aqui... pero a veces pienso que nos desacemos juntos y caemos por precipicios. Y entonces, me despierto y ya no estás. Y algo se me escapa. Tú, tú, tú.
Sigues respirando. Me pregunto que habrá en los rincones de tu mente, si compartimos la misma dulzura cuando pienso que un momento no se va a acabar nunca.

Me río.

Que ilogico pensarlo. Tú y yo. Que ilogico. Sabía que mi cabeza no funcionaba bien... Tengo que dejar de volar tan alto. ¡QUE ILOGICO!
Respira...
Nunca sale bien. Me estoy callendo otra vez. Tengo que dejar de volar tan alto. ¿Por qué me dejas caer? Al fin y al cabo, te deslizas entre mis dedos. Suave, suave, suave... como cuando nos desaciamos juntos.

Ya no sé qué es verdad. Se me escapa. Si se supone que hay linea en la realidad y los sueños, a mi... se me escapa, y me paseo por ella como si nada. Tengo que dejarlo, mi equilibro es demasiado bajo, y me caigo...
Me estoy callendo.




Se me escapa algo otra vez. Supón que por un momento, un solo minuto durante tu vida, tienes la posibilidad de destruir el universo. Te basta con apretar un botón. Y nadie te pedirá cuentas porque no habrá nadie que pueda perdirtelas. ¿Estás seguro de que no lo apretarias? Pues piensa que en este momento hay alguién que dispone de ese poder...



Suave, suave... ¿Suave?