Ultimate freedom. An extremist.

Ultimate freedom. An extremist.

domingo, 20 de marzo de 2011

S_ _ _w_ _ _ _


I am desperately trying to find something.
My search in the black foam and the fog of my psyche.
I see no other way to that place/emotion/world, oh I don’t know.
I saw it in a dream recently. I knew instantly I would be there again.
I hope I am there again.
I need to find that place, to right the wrongs, it is the punishment that I need, perhaps?
I can feel a reality slipping away from me, with this drive replacing it, this quest.
Where my problems are worked out and my worries are confirmed and made corporeal, real worries walking and seeing, they are deformed and contorted ideas in the flesh (and in the fog), where in there/here even your taunts will leave me smiling.
I think I will get there, perhaps I will see some of you there...

martes, 15 de marzo de 2011

library cat

1

Ustedes verán. Este tejado es ¡tan grande! En toda la ciudad es posible que no haya un tejado tan grande y tan cómodo. Soleado. No hay apenas casas alrededor. A dos saltos de la calle.
¡Bien abastecido!
Me explico. Bajo el tejado hay dos almacenes. En ellos se amontonan los sacos de grano y patatas, las barricas de vino, las cajas de conservas, las hileras de embutidos. Todos los días hay allí unos cuantos tazones de leche.
¿Que por qué?
¡Los ratones! Dos docenas de gatos sobre el tejado tomando, el sol de día entre las tejas, o cobijados bajo los aleros de las luceras cuando llueve, bajamos silenciosamente por la noche. Por la noche vamos de caza. Y todas las noches, todas, hay un cadáver de un pequeño ladrón que se ha acercado al grano.
Los ratones huyen asustados de nosotros. Pero a la vez son incapaces de resistir el aroma de la comida. Comida en cantidades inmensas.
Entonces, vienen.
Y entonces... ¡los cazamos!
Los ratones. Pienso muchas veces en su mundo. Oscuro, subterráneo, de pequeños túneles, entradas y salidas. Viendo cómo aparecen una y otra vez, me da la impresión que su laberinto de pasajes es casi infinito. Llega bajo tierra mucho más allá de cualquier lugar hasta donde pueda ir un gato empleando toda su vida.
Hay veces que tengo gana entonces de sujetar por el cuello a uno de esos animales de hocico delgada y ojos inquietos y exprimirle todo lo que sabe.
— ¡Eh, tú, explícame de dónde has venido! Pon aquí tu pequeña patita y dibuja un mapa. Descríbeme la forma de los túneles, los cruces, los lugares de reposo.
Pero es sólo un pequeño pensamiento filosófico. Sé perfectamente cómo es el mundo de un ratón.
En realidad, ¿es tan diferente del de un gato?
Ciertamente el conocimiento es la prueba de fuego de un cazador.
Es un asunto opinable. Probablemente lo sea. Pero no hay comunicación posible entre ellos y nosotros. Vivimos en mundos diversos.
¡Oh, qué tontería! Por supuesto vivimos en el mismo mundo. Y sin embargo posiblemente usted, amado lector, habría aceptado con agrado esa frase pretenciosa, ese absurdo de los mundos diversos. No, no, no. No hay más que un mundo. Principio elemental del sentido común. ¿O es que lo ha perdido usted? ¡Recóbrelo, amigo, si desea continuar leyendo.
Es la prueba de fuego de un cazador. El conocimiento. Y su principal virtud: ¡El sentido común! Dejemos eso claro desde el principio.

(...)